viernes, 18 de febrero de 2011

Sin dueño, sin tierra


Perdona si te llamo a horas intempestivas, pero es que las almohadas no me abrazan como tú…
A veces pasa que te encuentras en mitad de una historia que parecía cerrada para ti y que se presenta una noche de sábado, cual improvisado plan, para darte con la alegría en las narices, para demostrarte cuanto valor tiene mantenerse a flote y nadar ciego hacia cualquier puerto en cual sentarse a charlar, para refregarte en la cara q la bizarra sangre q corre en tus venas no es porque si, es sólo lel reflejo de q te faltan parchecuritas para curarte el pasado, para venderte un futuro mejor en el que casi no creo ni yo, entonces es cuando te arañas la piel hasta hacerte sangrar. Hasta que duela demasiado. Eso, eso es… DEMASIADO.. Me duele y me repara a la vez el hecho de verme desprotegida, mucho más desnuda que cuando me quito la ropa, asfixiada por las caricias qe ya no me pertenecen, por el llanto q se convierte en gritos por la falta de paz,por el corazón q qeda abierto, mucho más abierto en canal de lo que yo me atrevería a mostrarme jamás. y ves como la chica del pelo rizado vuelve a llorar como hace mucho que no lo hacía, vomitando nefastos recuerdos y ahogándose en el dolor
A mis 20 años y con el suelo de mi cuarto regado cn trocitos de mi melodrama, siento que ha llegado el momento oportuno no estoy en la flor de la vida como se dice. me follare a mi soledad me casare cn cada una de las estrellas qe miraste para que después venga un eventual divorcio las cambiare por el aroma a tierra mojada y suspicazmente la tallare con tú mirada .
hace un año qe se cerro el ciclo y ahora me encuentro en el lugar equivocado creo que debería estar en paris o en españa o en el puerto más lejano de tu esencia, siguiendo cualquier camino que se pareciera a una salvación, que no permitiera a mi mente citar tu vocecita chillona diciéndome buenas noches, que no le permitieran a mis pensamientos qe se siguieran desangrando ante tu sombra que pierde calidez y se vuelve distante . Sin embargo acabé cambiando, cambiando a mi mejor amigo, cambiando las paredes de mi cuarto, cambiando los lugares qe visito… cambié hasta que me faltó el aliento, hasta que sentí que ya no quedaba nada lo suficientemente sólido dentro de mí para poderme sostener. Y entonces comenzó la odisea, la mía, mi viaje de regreso a lo más hondo de mí misma, me borré y empecé, pero no de nuevo, empecé rota, sin ganas y con apenas una décima parte de mis esperanzas.

Me encantaría poder decir que ya ha pasado, que un año ha bastado para olvidarlo todo, pero sería mentira porque las penas te dejan el alma llena de cicatrices, de esas que a veces se abren para desbordar los lacrimales. Las cosas que te importan nunca desaparecen, nunca dejan de doler del todo, pero ahora, un año después he aprendido que esa es mi suerte y no mi desgracia. Y lo es porque durante un tiempo sentí que existían partes de mí que habían muerto para siempre, y otras que ya sólo podrían habitar en mi pecho bajo puertas con siete candados, y ahora sé que no. Esos dolores demuestran que sigo viva, completamente viva, significan que no me perdí a mí misma como creía, que no era taa inmune a todo como siempre lo aparente y esa sola sensación me devuelve las ganas de beberme el mundo en una copa de vino cada día.

Será un largo viaje, hasta que llegue de nuevo a casa, hasta que me reconstruya, hasta que mi alma levante nuevas vigas sobre los pilares que quedaron intactos. Será lento llegar al tejado, pero sé que llegaré. Lo sé aunque hoy me duele la piel de sentir tanto, aunque un par de sinestésicos o azufre a la vena no vendrían nada de mal porque tengo los pies sembrados de los cerrojos que me han arrancado,porque logras herirme desde el cielo trisárme desde el suelo, porque hasta hace un año no había entendido que me sobra el mundo entero si tenía a quien me hablaba de lo bonito qe era irse a dormir con nuestra compañía en un sábado de lluvia.
Me has atado al tiempo.
No me mires como si no lo supieras!.
Me has enredado con cada manera, con cada sabor a mañanas de resaca, con cada película mala de sábados en el sillón. Me has vaciado de todo para llenarme de ti.
Te he vaciado de todo para esconderme dentro de ti.
Nos hemos comido a retos el alma, las manos y la piel. Me he bebido a morro todo lo que estaba por venir. Te he buscado y me he encontrado. Y te he perdido, y me haz desgarrado.
y ahora?
ahora, como una niña asustada sólo puedo meterme entre las sábanas, acurrucarme fuerte, respirar suave, apretarme por dentro para no deshacerme, lavar mis pestañas de alambre. prometerme que será la última…y esperar a que pase…